En pleno corazón del barrio Gótico de Barcelona está el Restaurante Agut, fundado en 1924 y que nos recuerda a la antigua fonda que daba de comer a los diferentes trabajadores del cercano puerto.
Lo abrieron Agustí Agut y su esposa Paquita en la calle Gignàs 16 de Barcelona y todavía hoy conserva el espíritu de fonda de principios del siglo pasado.

En 1958 la historia de este restaurante se une a otro muy conocido, ya que Francesc Agut compra Can Culleretes, y ambos restaurantes empiezan a ser frecuentados por artistas, escritores y diferentes personalidades de la cultura de esa época.
Desde entonces números cuadros decoran las paredes del restaurante, son obras de pintores como Abelló, Sunyol y Marra.
No hay que confundir este restaurante con el Agut d'Avignon, que estaba en un callejón que daba a calle Aviñón y cuyo propietario fue el farmacéutico entusiasta de la buena mesa Ramón Cabau.

La carta de Agut es tradicional catalana y de mercado, usando siempre productos de primera calidad y un servicio muy profesional y eficiente. No sé cual de sus platos recomendar, pero escojo dos de sus especialidades que he podido degustar, su trinxat de la Cerdanya con crujiente de tocino ibérico y su pie de cerdo deshuesado relleno de butifarra negra y del perol con salsa de trufa.
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