La madrina regala la palma al ahijado
Durante las fechas próximas a este día, cada año los comerciantes de palmas y palmones instalan puestos de venta en la Rambla de Catalunya.
Mis recuerdos de niño en la Barcelona de los años 50 y 60 era una Rambla de Catalunya repleta de estos puestos, desde la Diagonal hasta la Granvia. Hoy esta Barcelona es diferente porque la tradición se pierde y apenas estos puestos de palmas y palmones van desde la calle Aragón hasta la calle Diputación.
La tradición dice que las madrinas deben regalar la palma más bonita a sus ahijadas y el palmón más alargado a sus ahijados.
El Domingo de Ramos, una vez acabada la misa, los niños golpean con fuerza contra el suelo los palmones y luego son colgados en los balcones de Barcelona como elementos de protección hasta la llegada del Carnaval del año siguiente.
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